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FINANZAS Y MERCADO

4 de octubre de 2015

La Industria metalmecánica pierde cerca de 300 puestos de trabajo cada año

Son datos para Mendoza del período 2011-2014. En el mismo tiempo cerraron 50 empresas del rubro. Para 2015 prevén números similares o mayores debido a la crisis

El sector de la metalmecánica y, en general, el industrial, viene sufriendo los coletazos de la crisis internacional, sobre todo de su principal socio -Brasil- y de las devaluaciones de las monedas, como el real de ese país y el yuan de China.

No queda atrás la caída de la demanda doméstica y los aumentos de costos internos que las empresas mendocinas y argentinas tienen que afrontar en dólares, teniendo en cuenta el fuerte atraso cambiario. Situaciones que al sumarse impactan en la pérdida de competitividad de las compañías tornándose imposible competir en el exterior, donde se destina el 80% de la producción.

En el sector industrial mendocino, entre 2013 y 2014, se perdieron 1.508 puestos de trabajo. De estos, aproximadamente 300 corresponden a la metalmecánica, según datos aportados por la Fundación Ideal. Para 2015 no hay datos oficiales al respecto.

Sin embargo, según Mauricio Guzmán, subsecretario de Trabajo de Mendoza, se dan al menos los casos de los 90 despidos de Manferro (ex Carbometal) y los 34 de Impsa que se suscitaron en enero de este año. 

En el caso de Impsa y la posibilidad de que se produzcan alrededor de 800 desvinculaciones en esta empresa, según este funcionario y Luis Márquez, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la situación estaría estable y, "por lo menos hasta diciembre, no prevemos mayores movimientos", sentenció. 

Pero la calma no es tal para este 2015. Es que al cierre de la empresa de El Nihuil, que confirmó la cesación de operaciones y el despido de 90 empleados de la fábrica que posee en ese distrito sanrafelino, se teme que la mayor fábrica de ferroaleaciones de Mendoza, ubicada en el parque industrial de Luján de Cuyo, Globe Metales, también siga ese camino, ya que hasta el momento tiene apagados sus dos hornos y acordó adelantar las vacaciones de este año a sus 150 empleados -entre Mendoza y Buenos Aires-, según aseguró Delfín Rabinovich, presidente de esta empresa y de Cafae (Cámara de Ferroaleaciones y Aleaciones Especiales). 

Sin embargo, la tempestad llegaría luego del lunes cuando la compañía tiene acordada una reunión con el Ministerio de Economía de la Nación, en donde “evaluarán si el Gobierno está dispuesto a hacer algo o no por este sector y cuáles serán las medidas que implementará. Si de esta reunión no surge nada, tendremos que seguir el mismo camino de Manferro, ya que las vacaciones de todos nuestros empleados terminan en 10 días y no podemos seguir con una planta cerrada, sin producir, ni vender”. 

Julio Totero, titular de Asinmet (Asociación de Industriales Metalúrgicos), dijo que a esto se suman todas aquellas pymes vinculadas al sector, que dependen del buen funcionamiento de las grandes empresas, como Impsa      -que en los últimos dos años ha desvinculado a cerca de 200 personas-, Manferro y Globe Metales. 

De este modo, estimó el dirigente, que si la situación -principalmente de Impsa- no mejora, y obras como Los Blancos no se llevan a cabo, “podemos ver un derrame mucho más importante que años anteriores, ya que la recuperación del empleo depende de la compañía de Pescarmona”. En 2013 se han perdido 100 puestos en el sector metalúrgico y según Totero “se ha frenado el derrame”. 

Sector de la metalmecánica
La metalmecánica es una actividad estratégica para el desarrollo industrial de Mendoza, siendo una de las que mayor interrelación posee con el resto de la economía ya que provee de soluciones tecnológicas e insumos críticos a otras actividades que configuran la base de la matriz productiva de la provincia (como por ejemplo la vitivinicultura, la agroindustria y el petróleo). 

Frente a las condiciones internas y externas poco promisorias, Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, estimó que el cierre de empresas y la caída del empleo se ha hecho notar en la provincia en los últimos años, sobre todo desde 2012, con una adversidad que tiende a consolidarse e incluso agravarse. 

Según Ideal, el sector metalmecánico de Mendoza cuenta con unas 560 empresas que se dedican principalmente a la elaboración de productos o estructuras metálicas (50% de las empresas), a la producción de maquinarias y equipos (25%) y a la producción de aparatos eléctricos (10%), entre otras actividades. 

El sector genera 7.100 puestos de trabajo directos, cifra que representa el 15% del empleo industrial provincial. Del total de ocupados, casi la mitad está en empresas destinadas a la producción de metales comunes y el resto está en actividades de mayor valor agregado (maquinarias, equipos y aparatos eléctricos).

Entre 2011 y 2014, la cantidad de empresas disminuyó un 9% y Mendoza perdió más de 50 compañías que operaban en el sector. A nivel ocupacional, durante los últimos 3 años el metalmecánico viene destruyendo empleo desde el tercer trimestre de 2012.

En 2013 había en el sector 7.400 puestos de trabajo. Al siguiente año, la caída ocupacional llegó a 7.100. Según las estadísticas brindadas por González, la pérdida de empleo ha sido del 5% interanual, lo que representa la destrucción de 300 puestos de trabajo por año. 

De estos 300 puestos perdidos en 2014, 50 corresponden a la fabricación de metales comunes (aquí está la industria siderúrgica) y el resto (250) a la fabricación de maquinarias y aparatos con mayor sofisticación y valor agregado.

Por otro lado, y según Mariano Devita, economista de Ieral, Fundación Mediterránea, el sector metalífero no llega a recomponer los números de empleo de 2008, cuando mejor se encontraba: “En seis años, en metales comunes se destruyeron cerca de 57 puestos de trabajo; 656 en otros productos de metal y se crearon cerca de 86 puestos en maquinaria y equipos”. 

Finalmente, y en base al costo de mantener la mano de obra, Devita señaló que los salarios del sector hasta 2006 crecieron por encima del promedio de los sueldos privados formales de la provincia, mientras que en el resto de los años los aumentos no han acompañado al promedio, salvo en 2010 y 2011.

“Cabe recalcar que el sector ha conseguido, en las paritarias de marzo de 2015, un aumento salarial superior a las estimaciones de inflación. Este aumento llega a 27,8% en tanto que la inflación de 2015 se ubicaría alrededor del 26%”, puntualizó el economista.

 

El origen de la caída

La crisis del sector encuentra su origen en diversos factores relacionados con la política macroeconómica.

Por un lado, los sectores productivos locales que demandan productos de la metalmecánica están con una marcada contracción que deprime la demanda de maquinarias, equipos y productos metálicos.

La vitivinicultura, la agroindustria y el petróleo -en general- han reducido sus niveles de producción durante los últimos 3 años. A su vez, la construcción también muestra un escenario predominantemente adverso desde 2012, aspecto que para González sumó su efecto adverso sobre el sector metalmecánico. 

La pérdida de competitividad cambiaria, la suspensión del proyecto minero Potasio Río Colorado, el cepo cambiario que paralizó inversiones en el sector inmobiliario, han sido causas que provocaron la caída de las actividades locales. 

Desde la perspectiva externa, las exportaciones tampoco lograron compensar la caída en la demanda doméstica. Durante 2013 y 2014 las exportaciones de productos de origen metalmecánico se redujeron de manera importante. Esta caída está relacionada con los problemas que está atravesando la empresa con mayor tamaño y proyección externa de la provincia: Impsa. 

Según Jorge Day, economista de Fundación Mediterránea, "el sector metalífero mendocino enfrenta un problema de ingresos y de costos. Por el lado de los ingresos, algunos de sus principales clientes como las petroleras por baja del precio, siderúrgicas nacionales como Siderar y automotrices que venden a Brasil, están en problemas. A eso suma que desde Mendoza se exporta una parte a Brasil, país que está en un período recesivo”. 

Al igual que este especialista, Delfín Rabinovich puntualizó que, como todas las empresas exportadoras, sufren los problemas de los mayores costos en dólares, lo cual hace difícil competir con firmas de otros países. Sobre todo teniendo en cuenta que sus monedas han devaluado, por lo que sus costos son menores. 



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