Minutos después del cierre de los comicios, el búnker de Cambiemos salía a instalar la idea que por primera vez en la historia la Argentina tendrá segunda vuelta electoral. Al cierre de esta edición, y con el 89% de las mesas escrutadas, la fórmula del frente Cambiemos conformada por Mauricio Macri y Gabriela Michetti estaba apenas un punto por debajo del binomio Daniel Scioli-Carlos Zannini del Frente para la Victoria. El resultado obliga al desempate electoral el 22 de noviembre próximo.

El sorpresivo resultado de Macri se sustenta en las victorias electorales obtenidas en cuatro de los cinco principales distritos del país: Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. A ello se suma la muy buena elección en el territorio bonaerense, donde es tuvo apenas tres puntos menos que su rival oficialista. Allí, también, surgió como gran figura María Eugenia Vidal, que le ganó la gobernación al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por casi cinco puntos.

La jornada estuvo dominada por la falta de datos oficiales, que recién aparecieron en los primeros minutos de hoy. Por eso los hitos de la jornada estuvieron sustentados en los datos propios que cada fuerza manejaba.

La informalidad no daba margen para el festejo, pero desde el búnker de Cambiemos ya se palpitaba el ansiado balotaje, que a priori estaba en duda según lo que marcaban las encuestas preliminares. 

Mientras los datos se demoraban, se reiteraban los rituales. La ansiedad de los medios de comunicación le daba aire a las declaraciones de victoria antes de tiempo y ayer no fue la excepción.

Detrás del anuncio de Cambiemos, salió a instalar el clima de “contundente” victoria para Scioli-Zannini Alberto Pérez, el jefe de gabinete del gobernador bonaerense y candidato del FpV. Además, auguraba también el triunfo de Aníbal Fernández en la carrera por la gobernación Con el correr de los minutos, los conceptos de Pérez  se fueron evaporando. 

A pesar de la informalidad de los datos extraoficiales, había algunos gestos que adelantaban el desenlace. Por ejemplo, pasadas las 21.30 el Frente para la Victoria mendocino admitía su derrota en nuestra provincia; algo similar sucedía en algunos populosos municipios de provincia de Buenos Aires como Mar del Plata, Pilar, Bahía Blanca, Quilmes, Junín, Olavarría, La Plata, Tandil, Pinamar, San Pedro, Vicente López y San Isidro.

Antes de las 22 empezaron a fluir más datos extraoficiales que daban cuenta de victorias clave en Córdoba y Mendoza, provincias en las que el frente Cambiemos obtenía resultados que abrían la esperanza de llegar al balotaje. A estos resultados se sumaban los triunfos en Jujuy y en La Rioja.

A las 22, Scioli salió a dar un discurso que pareció más una convocatoria a propios y extraños para sostener sus chances electorales en una eventual segunda vuelta. Nada dijo acerca de si los resultados obtenidos le alcanzaban para evitar un nuevo round con Macri el 22 de noviembre.

Scioli salió a reafirmar los principales ejes de su campaña, que son la continuidad del modelo K, prometiendo hacer los cambios que hagan falta para corregir el rumbo. “Existen dos visiones muy diferentes del presente y del futuro de la Argentina que están en juego. Nuestra prioridad son los humildes, los trabajadores y nuestra clase media”, dijo el candidato del oficialismo y luego pidió esperar a conocer los datos oficiales. Nunca más apareció.

Antes de las 23, fue Sergio Massa el que salió a admitir que había quedado fuera de la carrera presidencial. “Termina una etapa y empieza una etapa nueva. Nos va a encontrar peleando, luchando por aquellos sueños en los que creemos por ese país que sentimos que la Argentina puede ser si nos animamos a políticas de Estado”.

Entonces, fue el turno para salir al ruedo de Macri y empezar la caza de nuevos votos: “A los que votaron que yo no era su mejor opción les quiero prometer que voy a trabajar mañana, tarde y noche para ganarme su confianza y para demostrarles que tomaron la decisión correcta”. 

Luego, otras palabras para los que no votaron a Cambiemos: “Quiero también agradecerle a aquellos que votaron a otros candidatos porque nos ayudaron a seguir fortaleciendo nuestro sistema democrático. Los votantes de (Sergio) Massa, de (Nicolás) Del Caño, de (Margarita) Stolbizer, y hasta de Scioli, con la esperanza de que se sumen a esta Argentina que estamos construyendo”.

Pasadas la medianoche, aparecieron los primeros datos oficiales. A esa hora, con la carga casi completa de Mendoza y Córdoba, Macri aparecía primero en el escrutinio: 35,66%  contra 35,24% de Scioli.

En tercer lugar aparecía Massa con el 21,20%; lejos Del Caño el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) con el 3,43%, Stolbizer, de Alianza Progresistas, con el 2,66% y cerrando el pelotón Adolfo Rodríguez Saá, de Alianza Compromiso Federal, con el 1,81%.
El dato más llamativo era el resultado que surgía en provincia de Buenos Aires. Allí, Macri estaba muy cerca de Scioli.

Esto explicó la prudencia en el búnker del FpV. La expectativa de perder en la provincia de Buenos Aires hace tambalear voluntades.
En Santa Fe, el segundo distrito electoral de la Argentina, con el 97% de las mesas escrutadas, la fórmula encabezada por Macri obtenía el 35,36% contra el 31,71% de Scioli-Zannini.

A esa hora en Córdoba el Frente Cambiemos también ganaba con 53,71%, captando muchos de los votos que en las PASO fueron a José Manuel de la Sota, contra el 18,79% del FpV, fuerza que en la provincia mediterránea estaba tercera. El massismo obtenía el 20,29%.

En Mendoza, el cuarto distrito con más flujo de votantes, también Macri-Michetti ganaban por 40,83% contra el 31,30% de Scioli-Zannini.
Diez minutos después de conocidos los primeros guarismos, la candidata a gobernadora de Buenos Aires de Cambiemos María Eugenia Vidal, salió otra vez al escenario montado en Costa Salguero y abrió diciendo que “esta noche estamos haciendo historia”.

La afirmación de Vidal es cierta: ella le ganó al kirchnerista Aníbal Fernández, después de 28 años de gobiernos peronistas.

El apoyo a Macri  en Mendoza creció y ganó cómodo

En Mendoza, el Frente Cambiemos ratificó la seguidilla de victorias opositoras que se inauguraron con las elecciones municipales de Capital y San Carlos en el mes de febrero y que culminaron con la victoria de la fórmula integrada por los radicales Alfredo Cornejo y Laura Montero en junio pasado. Ayer, Mauricio Macri-Gabriela Michetti y sus aliados del radicalismo y el Partido Demócrata obtenía casi el 41% de los sufragios emitidos en nuestra provincia, contra el 31% del Frente para la Victoria.

En las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto, las tres  fórmulas que compitieron en Cambiemos (encabezadas por Macri, Sanz y Carrió) obtenían el 36%, mientras que la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini llegaba a 33%. Es decir de aquella elección a la de ayer el Frente para la Victoria perdió dos puntos en nuestra provincia y el frente opositor sumó casi 5.

De la comparación surgen datos más interesantes. Por ejemplo en Las Heras, el histórico bastión del peronismo, en la PASO había ganado Scioli por 35% a 31%; ayer (con el 98% de las mesas escrutadas) Macri había revertido el resultado: 37% a 32%.

Otro departamento clave en los resultados electorales por la cantidad de votos en juego es Guaymallén. En agosto, Cambiemos había ganado en esa comuna 37% a 28%; ayer Macri había estirado la diferencia: 44% a 37%.

San Rafael en agosto había sido benigno con la fórmula del FpV, dónde Scioli obtuvo el 42% contra el 33% de Macri. Ayer el candidato del peronismo volvió a ganar en el departamento del sur, pero con menor diferencia: 39% a 32%.