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FINANZAS Y MERCADO

24 de marzo de 2016

Inicio la era post-default

La era post-default ha comenzado y se aproxima un festival de bonos, necesarios, para mejorar la infraestructura del país y para sanear las cuentas de las provincias que tan golpeadas están después de varios años esclavas del Gobierno nacional.

Ya comenzó la era post-default aunque las cortes norteamericanas aún mantengan el embargo sobre la deuda soberana argentina.

En el mundo de las altas finanzas internacionales, no hay palabra más temida que “default”. El significado de este término está asociado con la realidad financiera de una empresa o gobierno deudor que no puede o no quiere pagar sus deudas. Este deudor, no solo tiene cerrado el mercado de capitales impidiéndole refinanciar su deuda o endeudarse aún más para realizar proyectos de inversión, sino que también, cuando logre regularizar su situación y logre salir del incumplimiento, pagará un costo muy elevado por endeudarse nuevamente.

La República Argentina y las empresas radicadas en nuestro país, tienen prácticamente cerrado el mercado de capitales internacional a raíz del embargo que las cortes neoyorquinas impusieron a todo pago de intereses que la nación quiera realizar a sus acreedores. Es decir, si Argentina quisiera pagar a sus acreedores, no podría hacerlo porque estos pagos serían embargados por los holdouts o fondos buitres.

Las corporaciones no se encuentran alcanzadas por este fallo pero cómo el país donde se encuentran sus negocios si está en default, el costo de endeudamiento es altísimo e inalcanzable.

El Congreso de la República Argentina muy pronto aprobará el proyecto de ley que permite al Gobierno pagar a sus acreedores y posteriormente endeudarse en los mercados de capitales internacionales. Un acuerdo con los holdouts, abre las puertas al financiamiento externo y ofrece la posibilidad de obtener dólares frescos para proyectos de inversión, no solo al país, sino que también a las provincias y a las empresas.

Después de tres años sin poder acudir a los mercados de capitales internacionales para obtener financiamiento, esta semana se conocieron los tres primeros bonos emitidos en la moneda norteamericana por la Provincia de Buenos Aires, la desarrolladora inmobiliaria IRSA y la petrolera estatal YPF.

Entre las tres, obtuvieron financiamiento por 2.360 millones de dólares a tasas muy dispares que, en principio, preocupan. La Provincia fue la primera en emitir deuda en esta nueva era post-default (aunque aún sigamos en esta situación), colocando 1.000 millones de dólares a un costo del 9,75%. IRSA fue la segunda en anunciar un bono por 360 millones de dólares con una tasa del 9%. Y finalmente, YPF oficializó su bono por  1.000 millones de dólares con una tasa del 8,5%.

 

Ya comenzó la era post-default aunque las cortes norteamericanas aún mantengan el embargo sobre la deuda soberana argentina.

En el mundo de las altas finanzas internacionales, no hay palabra más temida que “default”. El significado de este término está asociado con la realidad financiera de una empresa o gobierno deudor que no puede o no quiere pagar sus deudas. Este deudor, no solo tiene cerrado el mercado de capitales impidiéndole refinanciar su deuda o endeudarse aún más para realizar proyectos de inversión, sino que también, cuando logre regularizar su situación y logre salir del incumplimiento, pagará un costo muy elevado por endeudarse nuevamente.

La República Argentina y las empresas radicadas en nuestro país, tienen prácticamente cerrado el mercado de capitales internacional a raíz del embargo que las cortes neoyorquinas impusieron a todo pago de intereses que la nación quiera realizar a sus acreedores. Es decir, si Argentina quisiera pagar a sus acreedores, no podría hacerlo porque estos pagos serían embargados por los holdouts o fondos buitres.

Las corporaciones no se encuentran alcanzadas por este fallo pero cómo el país donde se encuentran sus negocios si está en default, el costo de endeudamiento es altísimo e inalcanzable.

El Congreso de la República Argentina muy pronto aprobará el proyecto de ley que permite al Gobierno pagar a sus acreedores y posteriormente endeudarse en los mercados de capitales internacionales. Un acuerdo con los holdouts, abre las puertas al financiamiento externo y ofrece la posibilidad de obtener dólares frescos para proyectos de inversión, no solo al país, sino que también a las provincias y a las empresas.

Después de tres años sin poder acudir a los mercados de capitales internacionales para obtener financiamiento, esta semana se conocieron los tres primeros bonos emitidos en la moneda norteamericana por la Provincia de Buenos Aires, la desarrolladora inmobiliaria IRSA y la petrolera estatal YPF.

Entre las tres, obtuvieron financiamiento por 2.360 millones de dólares a tasas muy dispares que, en principio, preocupan. La Provincia fue la primera en emitir deuda en esta nueva era post-default (aunque aún sigamos en esta situación), colocando 1.000 millones de dólares a un costo del 9,75%. IRSA fue la segunda en anunciar un bono por 360 millones de dólares con una tasa del 9%. Y finalmente, YPF oficializó su bono por  1.000 millones de dólares con una tasa del 8,5%.

Ya comenzó la era post-default aunque las cortes norteamericanas aún mantengan el embargo sobre la deuda soberana argentina.

En el mundo de las altas finanzas internacionales, no hay palabra más temida que “default”. El significado de este término está asociado con la realidad financiera de una empresa o gobierno deudor que no puede o no quiere pagar sus deudas. Este deudor, no solo tiene cerrado el mercado de capitales impidiéndole refinanciar su deuda o endeudarse aún más para realizar proyectos de inversión, sino que también, cuando logre regularizar su situación y logre salir del incumplimiento, pagará un costo muy elevado por endeudarse nuevamente.

La República Argentina y las empresas radicadas en nuestro país, tienen prácticamente cerrado el mercado de capitales internacional a raíz del embargo que las cortes neoyorquinas impusieron a todo pago de intereses que la nación quiera realizar a sus acreedores. Es decir, si Argentina quisiera pagar a sus acreedores, no podría hacerlo porque estos pagos serían embargados por los holdouts o fondos buitres.

Las corporaciones no se encuentran alcanzadas por este fallo pero cómo el país donde se encuentran sus negocios si está en default, el costo de endeudamiento es altísimo e inalcanzable.

El Congreso de la República Argentina muy pronto aprobará el proyecto de ley que permite al Gobierno pagar a sus acreedores y posteriormente endeudarse en los mercados de capitales internacionales. Un acuerdo con los holdouts, abre las puertas al financiamiento externo y ofrece la posibilidad de obtener dólares frescos para proyectos de inversión, no solo al país, sino que también a las provincias y a las empresas.

Después de tres años sin poder acudir a los mercados de capitales internacionales para obtener financiamiento, esta semana se conocieron los tres primeros bonos emitidos en la moneda norteamericana por la Provincia de Buenos Aires, la desarrolladora inmobiliaria IRSA y la petrolera estatal YPF.

Entre las tres, obtuvieron financiamiento por 2.360 millones de dólares a tasas muy dispares que, en principio, preocupan. La Provincia fue la primera en emitir deuda en esta nueva era post-default (aunque aún sigamos en esta situación), colocando 1.000 millones de dólares a un costo del 9,75%. IRSA fue la segunda en anunciar un bono por 360 millones de dólares con una tasa del 9%. Y finalmente, YPF oficializó su bono por  1.000 millones de dólares con una tasa del 8,5%.

 

La República Argentina finalmente será la próxima en anunciar un bono por US$ 12.000 millones que será emitido en abril para pagar a todos los holdouts con acuerdos firmados. Según el Ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay, Argentina buscará pagar una tasa que no supere el 7%, considerada alta pero en línea con un país que ha estado en cesación de pagos durante los últimos dos años.

El desafío que tendrá Argentina es ir reduciendo paulatinamente este costo y arrastrar así el costo pagado por las provincias y por las empresas, mejorando así la situación financiera del conjunto de emisores.

Ninguna empresa puede pagar una tasa inferior a la del país donde se encuentra radicada. Existen excepciones pero son pocas. Por este motivo, el  8,5% abonado por YPF, el 9% por IRSA y el 9,75% por la Provincia de Buenos Aires, resulta elevado pero dentro de los parámetros establecidos por los mercados de capitales.

La era post-default ha comenzado y se aproxima un festival de bonos, necesarios, para mejorar la infraestructura del país y para sanear las cuentas de las provincias que tan golpeadas están después de varios años esclavas del Gobierno nacional.



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