EDUCACION
9 de marzo de 2017
El estrés post-vacacional ¿Cómo ayudar a los chicos?
El inicio implica para ellos una nueva etapa de ilusión, en donde contagiarlos con una mirada positiva de la escuela, junto con el acompañamiento permanente de los padres, resulta vital.
Llegan las clases y una nueva oportunidad aparece en el horizonte inmediato, en donde más allá de las problemáticas contextuales, la familia debe acompañar y compartir esta nueva etapa de inicio, con la mejor predisposición.
Lejos de las licencias que permitían las vacaciones en horarios flexibles, jornadas de juego o una versión relajada de toda la familia, la adaptación al colegio implica, por parte de los papás, el hecho de reorganizar y rever nuevamente la agenda familiar.
Un desafío de adaptación y paciencia.
Como explica la psicopedagoga Mónica Coronado, “lo más importante es entender que la familia, luego de las vacaciones, vuelve a cumplir una rutina consistente en determinados horarios. La vida familiar se reorganiza en torno a la escolaridad de los chicos. Desde allí, los horarios, las comidas, el sueño, las salidas, y las actividades extracurriculares (como los deportes o los idiomas) deben reorganizarse y modificarse nuevamente al nuevo ritmo. Eso es lo más significativo”.
-¿Cuesta mucho a los niños el cambio?
- Es obvio que la primera o segunda semana, se van adaptando de a poco y hay que ayudarlos organizándolos. Lo que para ellos es realmente interesante es el reencuentro con sus compañeros, al igual que la ilusión de recomenzar el proceso educativo. Es como un cuaderno nuevo con sus páginas en blanco, para empezar a escribir desde cero, como una ilusión de nueva oportunidad... Eso es súper enriquecedor para ellos.
- ¿Aunque el año anterior haya sido duro?
- A veces los chicos terminan el año anterior cansados, con dificultades (o no). Sin embargo, cada nuevo año se renueva la ilusión del chico o adolescente para que le vaya mejor a la hora de conseguir nuevos logros, o la superación de dificultades que pudieron darse. Es como un vínculo que se retoma porque es una nueva maestra y año, y porque la situación es diferente. De allí nace una ilusión importante en ellos, de barajar y recomenzar.
Además, para los más chiquitos se genera un proceso de autonomía y de desafío para poder lograr lo mejor en la etapa que empieza.
- ¿Cómo se los ayuda para que sea una etapa de superación si la anterior fue difícil?
- En ese sentido se los insta a que valoren la tarea de la escuela y el docente, así como que vean a la educación como un hecho de crecimiento y no como un peso.
- ¿Cómo lograr que aprehendan ese valor?
- Con una mirada positiva de la escuela; como un lugar en donde lo que aprenden es importante y valioso.
Los papás tienen que acompañar a los más chicos, con la idea que la escuela no es algo engorroso sino positivo y de desafío, dejando la mirada pesimista que puedan tener. Aprender cosas nuevas o reencontrarse con amiguitos, son incentivos fundamentales en este sentido.
Tanto el crecimiento como el aprendizaje deben transmitirse como un hecho positivo y, de esa manera, deben ser transmitidos al chico.
- ¿Es bueno hacer con ellos balances de años anteriores?
- Totalmente. Es bueno rever con ellos las fortalezas o complejidades que tuvieron lugar el año anterior, para poder escribir una nueva historia. Para eso es necesario repasar por ejemplo por qué se llevaron cuatro o cinco materias (si se tratara de un adolescente), o por qué los cuadernos estaban incompletos o les costaban determinados puntos que arrastraron hasta el final.
La idea es repasar con ellos (sobre todo con adolescentes) situaciones que pusieron en riesgo la escolaridad o las materias, para desde allí generar pautas y reglas para empezar de cero, sin arrastrar errores del pasado. Se trata de un replanteo para superar dificultades y encarar los problemas desde otro lugar.
Por otro lado, a los chicos que repitieron de grado hay que incentivarlos de que este nuevo año va a ser mejor. Hay que ilusionarlos y alentarlos en este sentido, acompañando de cerca todo lo que tenga que ver con la escolaridad, haciendo hincapié en que cambiar las cosas también dependerá de ellos.
- En síntesis, ¿cuál dirías que es el mensaje que puede sumarles para esta nueva etapa?
- No hay que centrarse en los problemas que puedan tener que enfrentar sino en las oportunidades de mejoras que existen.
Hay chicos que necesitan más acompañamiento que otros en las tareas y repensar qué han hecho en clases. Incluso existen muchos que no copian las tareas o que tienen incompleto el cuaderno... Hay que estar muy atentos a los primeros pasos y acompañarlos desde los inicios sobre todo cuando cambian de nivel (por ejemplo del nivel inicial a primaria, o a la secundaria) ya que desde el manejo del material y el contexto (profesores en lugar de una maestra, carpetas en lugar de cuadernos) se modifican e implican, para niños y adolescentes, cambios fuertes. Mientras más cambios se den en la vida de nuestros hijos, más acompañados deben estar desde la casa, para que cuando tengan un tropiezo encuentren en el hogar el acompañamiento para una ayuda positiva y esperanzada.
Tips cotidianos
Para que los chicos puedan tener una adaptación activa y saludable, la vuelta al colegio implica cambios en los comportamientos adquiridos en las vacaciones. Esto significa retomar los hábitos que tenían antes del receso escolar.
Algunos de ellos son:
- Acostarse temprano a la noche para gozar de un descanso reparador.
-Empezar a cumplir con todas las actividades que el chico desarrolla al comienzo del año escolar, como deportes, idiomas, arte, música, etcétera.
-Poner límites al tiempo que se ocupa en las redes sociales y en los juegos en general (entre otros).
El estrés post-vacacional
Los adultos tienen que adaptarse al regresar de las vacaciones y volver al trabajo, y lo mismo sucede con los chicos, al tener que regresar al colegio, ya que se trata de un cambio en el que están totalmente relajados y tienen que retomar nuevamente todas sus obligaciones.
En dicho proceso de adaptación van a aparecer síntomas y sensaciones como: desgano, apatía, angustia, irritabilidad, berrinches, entre otros.
Lo normal es que con el paso de los días, estos síntomas vayan desapareciendo y el joven pueda realizar todas sus actividades.
Dos consejos importantes:
1. Los mensajes positivos: los padres tienen que motivar a los hijos de manera positiva. Por ejemplo, lo bueno que va a estar reencontrarse con los compañeros; que van a poder compartir y disfrutar de los diferentes juegos y actividades, etc.
2. Los reforzadores: los padres no tienen que reforzar las conductas negativas de los chicos. Por ejemplo, sentir culpa frente a los berrinches de los chicos cuando no quieren ir a la escuela, porque dichos comportamientos se mantienen. Lo ideal es mantenerse firmes y reforzar de manera positiva la vuelta al colegio.
Fuente: Psicólogo Santiago Gómez (Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva Matrícula: 15.159).
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