El PIB de Latinoamérica crecerá algo más de un 1% en 2017 y se acercará al 2% en 2018, gracias a la solidez de México, Brasil y Argentina y el impulso de Chile y Perú. Con el optimismo de estos datos se inauguró ayer la decimonovena edición del Foro Latibex organizada por BME en la Bolsa de Madrid, que reunió a directores de algunas de las empresas más importantes de España y Latinoamérica.

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, abrió la jornada, recordando que "sin la presencia de empresas españolas en Latinoamérica nuestra economía sería más débil y volátil" y remarcó la necesidad de impulsar nuevos acuerdos eurolatinoamericanos por el potencial que representan las dos regiones. "El 65.5% de la facturación de las empresas del Ibex 35 se generó en el exterior, lo que representa un 10% más que hace diez años", añadió Dastis, quien defendió la construcción de puentes frente al levantamiento de muros por el potencial que representan entre ambas regiones.

2017 ha sido el año de la recuperación -después de que Brasil estuviera en recesión en 2016- y 2018 será un buen año para las perspectivas de América Latina. Pero a pesar de las previsiones esperanzadoras, "Latinoamérica debería ser capaz de crecer más", expuso Elena Nieto, economista jefe para América Latina de Cemex, "pues las tasas son demasiado débiles e insuficientes para permitir a la región avanzar en convergencia con Estados Unidos y Europa".

Para Antonio Cortina, director adjunto del servicio de estudios del Banco Santander, "hay que seguir avanzando en las reformas estructurales para que el crecimiento vuelva a ser como a principios de siglo". Cortina explicó que la región aún está en la fase inicial del ciclo y que las tasas de crecimiento en 2018-2019 se mantendrán por su potencial, pero para regresar a los niveles de principios de siglo -cuando creció de media en torno a un 5.6%- se va a necesitar avanzar para que se crezca a un ritmo potencial más alto, por eso es fundamental que se den resultados electorales con gobiernos con voluntad de mantener la estabilidad institucional. "Ya se han producido en Argentina, Chile, en 2018 tendremos las de México, y después en Brasil, en línea con las políticas que hacen que haya posibilidades de que las reformas tengan éxito". Pero las elecciones no son los únicos riesgos. La agenda de Trump afecta a México y la negociación del TLC, y para Delia Paredes, del grupo Banorte, "no sería catastrófico si Estados Unidos se levanta de la mesa, lo importante es cuándo se levante. No es lo mismo si lo hace hoy, que el Gobieno está fuerte, a si es el año que viene".

Desafíos tecnológicos

Dia lleva dos décadas en Argentina y 15 años en Brasil, y el 34% de sus ventas procede de Latinoamérica. El mercado es más competitivo en Brasil, donde la española rivaliza con Carrefour, Walmart y muchos independientes, mientras que Argentina es un mercado más atomizado. David Peña, director de Relaciones con Inversores de Dia, admite que desde que la firma se expandió la tecnología ha cambiado su negocio, pero ha encontrado un buen aliado para hacer frente a la disrupción. Dia tiene un acuerdo de distribución con Amazon y a través de su plataforma online cubre el 60% de la población nacional. "Tenemos el objetivo de llegar a 120 millones de ventas a través de Amazon en el año 2020 y creo que vamos a estar por encima porque el crecimiento es más acelerado de lo que podríamos esperar", destacó Peña.

La tecnología también estuvo presente en las conferencias sobre los retos del blockchain en el sector financiero y los nuevos modelos del negocio bancario, ya que el mercado latinoamericano es una población abundante y joven con una alta penetración de Internet. Para Ángel Santodomingo, CFO de Banco Santander Brasil, "convivir con el cliente digitalizado usando el banco y convivir con las fintech son parte del negocio, nosotros tenemos los clientes y estas las buenas ideas". Santodomingo aseguró que el 73% de las operaciones son digitales, pero irá a más y toca preguntarse qué pasará con las sucursales.

Para Frank Aguado, del grupo financiero Inbursa, el componente humano no va a desaparecer. "Habrá quien prefiera resolver con un robot, pero a la gente le gusta que la atiendan", afirmó.

Fuente Cristina Càndido