SALUD EMOCIONAL
5 de marzo de 2019
El estrés escolar y la tensión emocional
El estrés escolar va generando la deserción escolar del alumno.
Los cambios repentinos en los estudiantes, puede ser motivo de atención e intervención temprana.
El término estrés escolar ha sido una conceptualización de difícil acuerdo y compleja descripción para la literatura clínica. Los niños(as) y adolescentes en etapa escolar, se ven enfrentados a situaciones de alta demanda y requieren del despliegue de todas sus capacidades de afrontamiento para adaptarse a los estresores tanto internos como externos, de acuerdo a la etapa evolutiva alcanzada. Los síntomas asociados a estrés acompañan a cuadros adaptativos, ansiosos, conductuales y emocionales.
El estrés escolar ha sido una conceptualización de difícil acuerdo y por lo tanto, de compleja descripción. Las principales investigaciones realizadas en esta área provienen desde la psicología educacional cuyo interés radica en describir las habilidades, estrategias y características evolutivas que facilitan el enfrentamiento de situaciones de estrés en niños y adolescentes, permitiendo el despliegue de respuestas tanto internas como externas que sean adaptativas y que no predispongan a patologías posteriores del desarrollo ni interfieran en los logros académicos.
A nivel mundial los estudios de prevalencia de estrés escolar son escasos, pero informan de la incidencia del estrés en el incremento de problemas y desórdenes psiquiátricos en etapas tempranas y vulnerables del desarrollo.
El esfuerzo para alcanzar equilibrio dinámico se denomina homeostasis. Este equilibrio se ve amenazado en el día a día por eventos físicos y psicológicos conocidos como estresores. Como resultado, el comportamiento del individuo se dirige a evaluar el potencial desestabilizador del factor de estrés.
El mediador neuronal entre la información entrante y el proceso de evaluación se ubica en el sistema límbico, más específicamente en el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal. Los estresores activan fisiológica y conductualmente la respuesta que restablecerá la homeostasis. Esta “respuesta al estrés” se refleja en la rápida activación del sistema nervioso simpático, que conduce a la liberación de noradrenalina y adrenalina de las glándulas suprarrenales.
Además de esta perturbación homeostática, en el ámbito psicológico, algunos procesos pueden determinar la magnitud de respuesta al estrés. En este contexto se determina la respuesta adaptativa en la que se incluye la capacidad de predecir los próximos eventos, de forma de retomar el control de la situación.
Una respuesta adecuada y fisiológica implica que una vez expuesto a estresores, el individuo debe generar una adaptación rápida y eficiente, así también, como este proceso debe ser finalizado una vez lograda la ya mencionada homeostasis. Cuando la respuesta al estrés es excesiva, inadecuada o prolongada, el costo de restablecer la homeostasis podría llegar a ser demasiado alto, condición que puede generar la aparición de patologías psiquiátricas.
Desde este punto de vista, existen dos formas de presentación del estrés: el más normativo o de respuesta adaptativa al medio y; aquel que genera una real sensación de pérdida de control y que interfiere negativamente en la vida física, psicológica, cognitiva, emocional, relacional y escolar de las personas.
Las respuestas psicológicas asociadas al estrés involucran principalmente aspectos emocionales, somáticos, cognitivos y conductuales. A nivel escolar, observar cambios repentinos en los estudiantes que involucren las áreas mencionadas, puede ser motivo de atención e intervención temprana.
Las emociones relacionadas con el estrés y que pueden ser observadas fácilmente por profesores o quienes rodean a los estudiantes, son las reacciones displacenteras que están estrechamente relacionadas con las quejas somáticas que los alumnos son capaces de verbalizar. Entre estas se puede mencionar la rabia, la ansiedad, la frustración, el insomnio, el cansancio y diversos dolores.
A nivel cognitivo y conductual aparecen dificultades en memoria a corto y largo plazo, disminución de la capacidad de planificar y organizar tiempos y materiales, falta de atención y concentración, dificultades para mantenerse en su puesto, comerse las uñas y morderse los labios continuamente.
Al momento de evaluar es importante considerar que un estudiante bajo condiciones de estrés ve afectado su funcionamiento general y pueden aparecer síntomas asociados tales como:
•Disminución de rendimiento académico
•Disminución de habilidades cognitivas
•Disminución en sus habilidades de resolución de problemas
•Baja motivación o fatiga crónica
•Baja concentración-atención
•Baja tolerancia a la frustración
•Dificultad en la interacción con pares y compañeros
•Dificultad en la interacción y comunicación con profesores
•Mayor ausentismo escolar o deseos de no asistir al colegio
•Aumento de quejas somáticas (dolor de cabeza, dolor abdominal)
•Conductas ansiosas (rascarse, morderse las uñas)
•Síntomas de ansiedad o angustia
•Síntomas depresivos, labilidad o tristeza
•Problemas conductuales, irritabilidad o agresividad
•Alteración en el patrón del sueño (insomnio, hipersomnia, somnolencia, pesadillas)
•Alteración en la alimentación con aumento o reducción de consumo de alimentos
En la medida que estos cuadros se presentan aumenta el estrés escolar, generando la deserción escolar del alumno.
Controlar el estrés adolescente previene la aparición de patologías en la edad adulta
Fuente:
Barraza, A. y Silerio, J. El estrés académico en alumnos de Educación Media Superior: un estudio comparativo. Investigación Educativa. 2007 Vol. 7: 48-65.
Martínez, E., y Díaz D. Una aproximación psicosocial al estrés escolar. Educación y Educadores. 2007 Vol. 10 (2): 11-22.
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