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SALUD EMOCIONAL

17 de marzo de 2019

Las personas proclives al mal humor son tóxicas

Hay muchas causas que pueden provocar mal humor. Descubre cuáles son y qué puedes hacer para remediarlo.

Los cambios bruscos de humor pueden ser una fuente de malestar que afectan a todos los aspectos de nuestra vida.

Sí todo te irrita, todo está mal y todas las personas están en tu contra, podría ser un problema neurológico, nuestro especialista tiene los mejores consejos

Hay personalidades más proclives a sufrir malhumor crónico: - Las hipersensibles, porque viven siempre en estado de alerta y tensión- Las perfeccionistas, por sus altos niveles de exigencia y su frecuente insatisfacción-

Las depresivas, por su sentimiento recurrente de desesperanza. También las personalidades obsesivas son muy proclives al malhumor, sobre todo aquellas que tienen obsesión por el orden y la simetría y se sienten contrariadas y hasta violentas cuando alguien cambia algo de lugar

el mal humor mejora las capacidades para afrontar los problemas porque son personas menos crédulas, piensan con más claridad y tienen una mayor capacidad comunicativa que los que están en permanente felicidad.

• “La irritabilidad, en dosis moderadas, tiende a promover un estilo de comunicación más concreto, más armonioso y, en definitiva, más exitoso.

• Mientras que el humor positivo parece promover la creatividad, la flexibilidad y la cooperación, el mal humor fomenta la melancolía y activa una forma de pensar más atenta, reflexiva y cuidadosa, lo que hace a una persona prestar más atención al mundo externo y le ayuda a lidiar con situaciones complicadas”. 

La conclusión de su estudio es que las personas que hacen un esfuerzo para controlarse, manifiestan más reacciones de enfado. personas sean más propensas a comportarse de manera agresiva hacia los demás”.

1) Hay dos tipos principales de agresividad o irritabilidad:

• La primera es cuando estás de mal humor de manera reactiva a las situaciones adversas que te tiene el medio ambiente y andas "de malitas todo el tiempo"

• La segunda es cuando reaccionas de manera impulsiva, exagerada y desproporcionada a estos estímulos adversos

2) Bases cerebrales de los comportamientos impulsivos.

• Se ha demostrado que las personas impulsivas tienen menores conexiones en la corteza frontal que las personas que no lo son, así como un funcionamiento exagerado de una zona del lóbulo temporal que se llama "amígdala".

• En la amígdala se encuentran las neuronas que se encargan de los comportamientos "extraordinarios" que necesitamos por supervivencia como vestigio de las épocas más primitivas del desarrollo humano.

• Ejemplo de esto son la ansiedad, la huída, el miedo y también la agresividad. Está muy conectada con la corteza frontal, que describíamos anteriormente.

• La corteza frontal se encarga de ser el "policia" de nuestra conducta.

• Es donde reside el "ego o yo" de Freud, la estructura que tiene a su cargo el talante moral, que nos indica lo que está bien y está mal en nuestras conductas.

• Es por eso superimportante esta conexión ya que gracias a esta es que la corteza frontal puede modular las reacciones impulsivas.

• Es por esto que cualquier lesión en estas zonas nos puede alterar nuestra manera de responder

3) El estar irritable o de "malas" es generalmente producto de un desequilibrio en los neurotransmisores que se combinan en una zona del sistema nervioso central que se llama "sistema límbico" que es el lóbulo emocional de nuestro cerebro

• Son tres los neurotransmisores involucrados: serotonina, noradrenalina y dopamina.

• Estos se ven alterados en la depresión, en el trastorno por déficit de atención, en los trastornos de ansiedad, en el trastorno bipolar, en los trastornos del control de la conducta (cleptomanía, impulsos incontrolables por comer, ludopatía (apuestas)) y en los trastornos de la personalidad

4) Algunos trastornos médicos generales pueden alterar el equilibrio de estos neurotransmisores en el sistema límbico, como en los problemas tiroideos, hormonales femeninos (adolescencia, embarazo y menopausia), tumores que producen más cortisol (cortisona que producimos nosotros), etc.



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