Neuville se afianzó así como líder del campeonato, en el que ahora manda con 110 puntos y le sacó diez de ventaja a Ogier, que marcha segundo. Tercero con 82 quedó el estonio Ott Tänak, que pudo completar la prueba tras el abandono en el anteúltimo tramo del sábado por un problema en la batería de su Toyota pero se alejó de la punta.

Pero además, el piloto de los lentes de colores sumó su nombre a una lista de elite. Es que se transformó en el séptimo de la historia en ganar dos o más veces la prueba argentina, sumando triunfos válidos por el calendario mundial. 

Antes de él, lo habían hecho seis íconos del rally:  el francés Sébastien Loeb (8); el italiano Massimo “Miki” Biasion (3); el español Carlos Sainz (3); el finlandés Tommi Mäkinen (3) y el también francés Didier Auriol (2) y otro finlandés, Juha Kankkunen (2). El argentino Jorge Recalde también lo ganó dos veces, en 1988 y 1995, pero esa última no contó para el campeonato de la FIA. 

Neuville no tuvo una buena pasada en el primer especial de la jornada, los 16,43 kilómetros de Copina-El Cóndor. El belga fue el segundo más lento con un tiempo de 13m21s6, a 13s4 del británico Kris Meeke (Toyota). Pero gracias a la gran diferencia con la que había cerrado la jornada del sábado -45s7 sobre su compañero de equipo, el noruego Andreas Mikkelsen- igual pudo mantenerse en lo más alto. 

Pero en el segundo especial del día -20,30 kilómetros de Mina Clavero-Guilio Cesare-, voló con su Hyundai y amplió aún más su liderazgo. Se impuso por 17m02s6, 1s6 más rápido que el finlandés Jari-Mati Latvala, y quedó a 40s2 de Mikkelsen.

"Perdimos tiempo a la mañana porque fui muy cuidadoso, pero ya me siento más cómodo con el auto, que está andando muy bien. Tengo una buena diferencia", comentó el belga.

Con el título casi asegurado, salió a correr el Power Stage El Cóndor, el tramo tal vez más emblemático del Rally de Argentina. Y bajo la mirada de la gente que lo alentó desde el costado de la ruta, confirmó su victoria. No se llevó el último especial -fue tercero, a 4s6 del ganador Ogier-, pero eso no le impidió festejar a lo grande, trepado a su auto, con el casco todavía puesto y una bandera de su país en las manos. 

Una lucha aparte se dio entre Ogier y Meeke por el tercer lugar. El séxtuple campeón mundial había heredado ese lugar bien tarde en la noche del sábado, cuando la organización informó que había penalizado con diez segundos al británico por no respetar la hoja de ruta durante el 11° especial (misma sanción que recibió el estonio Ott Tänak). 

Ogier pudo defender su lugar en el podio en el primer tramo de este domingo a pesar de la victoria de Meeke. Pero el británico lo recuperó tras el segundo especial, a pesar de algunos problemas en la dirección de su auto logró superarlo.

"La pelea está en marcha. El auto anda bien, pero no pude ir más rápido", se lamentaba el séxtuple campeón mundial, quien sin embargo lograría luego dar vuelta la historia. 

Porque Ogier le sacó todo el jugo a su Citroën en el Power Stage, que se llevó con 6s6 menos que Meeke y así se aseguró un lugar entre los tres primeros de la 39ª edición del rally cordobés, que igual sigue siendo su cuenta pendiente.