SALUD
4 de julio de 2020
De qué se alimentan los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo
Se puede disfrutar de todo con moderación, reducir las tentaciones de alto contenido calórico ricas en grasa y azúcar .
Comer menos de 4 veces al día y más rápido se asocia a una mayor cantidad de grasa corporal. La obesidad es uno de los problemas crecientes más importantes del mundo desarrollado.
De qué se alimentan los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo. Las investigaciones concluyen que comer despacio y cuatro veces al día es más saludable que hacerlo pocas veces y con prisa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es uno de los problemas crecientes más importantes del mundo desarrollado. Hay varios factores que explican su incremento. Entre ellos, se halla un cambio importante en el ritmo de vida, que obliga a veces a adoptar unos hábitos alimentarios poco saludables, como comer con prisa o alimentarse demasiado a menudo de comidas precocinadas.
Un estudio llevado a cabo por la Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics realizó un experimento que corrobora, en parte, estas hipótesis. Se pidió a dos grupos diferentes que tomaran una comida, pero a uno de ellos se les impuso una limitación temporal, mientras que el otro grupo disponía de todo el tiempo que quisiera para comer con tranquilidad. La cantidad de comida era la misma en los dos grupos. Sin embargo, los que habían comido con más lentitud afirmaban sentirse más saciados.
En el caso de los adolescentes, esto parece ser incluso más importante que a otras edades. Para los chicos jóvenes, hacer cuatro o cinco comidas al día y comer despacio, favorece que acumulen menos grasa corporal. La revista Journal of Adolescent Health, especializada en la etapa adolescente, reveló hace poco que comer con lentitud tiene efectos incluso aunque el adolescente no practique ejercicio físico. Así, comer menos de 4 veces al día y más rápido se asocia a una mayor cantidad de grasa corporal.
Otros estudios afirman que nuestro entorno tienen una relación directa en nuestros hábitos alimentarios, así, las personas que nos acompañan a la hora de comer influyen en nuestra manera de comer. Si las personas del entorno eligen un plato con menor contenido calórico, el individuo tiene tendencia a realizar una elección similar a la del resto. Ello podría deberse a que la elección de los alimentos refuerza los lazos que le mantienen vinculado al grupo social, motivados por su sentimiento de pertenencia al grupo. Estos factores influyen incluso cuando se realiza la comida solo.
Según los mismos expertos, es más fácil combatir la obesidad cuando aún se es niño que cuando ya se ha alcanzado la edad adulta. Además del aumento de peso propiamente, combatir la obesidad es una importante barrera para que se desarrollen otras afecciones tan o más graves, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.
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