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EDUCACION

12 de septiembre de 2020

La pandemia reconstruye el rol de los padres

Los hijos anteriormente respetaban más a los padres, hoy esto está en declive.

La vorágine que se vivìa llevò a la familia a descuidar el rol de los padres y hoy sin darnos cuenta la pandemia pone una pausa en la vida diaria y pasan a primer lugar los hijos.

La vorágine con la que padres e hijos se enfrentan a diario, y cada uno desde su lugar, hace que todo necesite resolverse rápido. Dentro de este andar en la prisa del día a día y en el contra reloj, la crianza de los hijos se instala como una preocupación diaria y constante.

Ante esto surge preguntarnos: ¿Qué significa criar?, ¿es lo mismo la crianza que la educación? Estas preguntas que a priori pueden resultar simples de responder conllevan a un análisis que dista bastante cuando nos remitimos a los conceptos puros que engloban cada una de ellas.
Muchos padres y madres dan por hecho que dedicarles tiempo a sus hijos es una condición necesaria y fundamental, pero ocurre que esto no es suficiente para generar el complemento inexorable que es la educación. Razón esta que permite entender que muchos padres no educan, sino que crían.

A saber, la crianza la podemos entender como el hecho de cubrir las necesidades tales como alimentación, escolarización y vestimenta entre otras. En cambio, educar, es algo diferente. Es la acción de dirigir y conducir para desarrollar las facultades de un niño, simplificando su terminología podemos decir que implica “conducir, llevar…”. Lo cual transforma lo anterior en “responsabilidad” esa que como madres y padres y/o adultos implica guiar a nuestros hijos. Es entonces que ante esto se desencadenan varios interrogantes muchos de los cuales terminan transformando el entorno y al propio núcleo familiar.

Pensemos entonces lo que ocurre en muchas familias, donde papá y mamá han pasado de ser la autoridad a devenir en un compañero/a más de sus hijos. Sucede que ahora en casa todos son iguales, nadie se destaca o emerge como autoridad familiar. Madres y padres ya no ocupan este rol, pero si en muchos hogares, son los niños quienes asumen una gran parte, y en muchos casos toda la autoridad en el hogar. Quizás la pregunta que se pronuncia como disparador es: ¿Por qué sucede esto? y esto sucede y tiene relación directa con lo endeble que resulta para muchos padres imponer su autoridad sin caer en el autoritarismo, llevando así, a la sobreprotección, que no hace otra cosa que liberar caminos o incógnitas en los niños.

Como podemos observar, educar a los hijos en la actualidad, es trasponer un cúmulo de acciones que están invadidas de grandes transformaciones, entre las cuales podemos mencionar que:

Los hijos anteriormente respetaban más a los padres, hoy esto está en declive.
 Mamá y papá temen a las frustraciones de sus hijos, y ante eso restringen su accionar. Nadie dice nada, solo escuchan y actúan.
 Los padres y adultos de hoy, todo lo consultan y a quienes primero interrogan es a los hijos.
 En el hogar no hay límites. A los niños no se los corrige o nunca se les hace saber de sus errores.
Ampliando la conformación de los ítems anteriores ahora sabemos que en la familia todos dialogan, pero los menores son quienes logran imponer sus decisiones. Por ejemplo, qué comer, a qué hora y qué hacer en los ratos libres. Todo esto está dado por las estimulaciones que los niños reciben desde temprana edad, haciendo que este desarrollo se tenga desde muy pequeños logrando así crear condiciones para defender sus postulados.

Ahora bien, en lo netamente relacionado a madres y padres es importante comprender que la estructura familiar, seguirá siendo la misma, porque son los padres quienes tendrán la autoridad en la familia. Por esa razón, es importante que mamá y papá se aprovechen de la idea de que los hijos se desarrollan más rápido y por ende entienden todo lo que se les comunica a muy temprana edad. Es por ello que hay que entender que de acuerdo a la edad se les debe hablar de alguna manera, el uso del lenguaje debe ser el indicado y acorde a su edad e instalando la idea de autoridad que debe ser generalizada. Sólo así creceremos como padres y personas, ayudando a nuestros hijos a conducirse por la vida. No alcanza con criar, sino que es necesario educar a los hijos, educarlos en el presente para que pueda guiarse en el futuro, y esto también se logra con el rol que cada uno tiene en la familia, entendiendo como factor fundamental que tanto mamá, como papá son padres y no amigos de sus hijos.

Es entonces que aquellos padres que quieren educar a sus hijos deben contemplar la idea de generar de manera constante actividades que los motiven y a su vez les resulten de interés generándoles valores.

Para concluir, como padres debemos dedicarles tiempo a nuestros hijos, y ese tiempo debe estar coronado por la calidad con la que compartimos el mismo. Sabido es que cantidad no siempre es calidad, y cuando se pretende educar esto es un factor clave. Distinto de lo que muchos adultos comprenden por criar en donde ese concepto en muchos padres rápidamente se erosiona con el cansancio, las emociones y el agotamiento que termina desvaneciendo la autoridad familiar.



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