Junto a la caída del petróleo, la devaluación del euro se ha convertido en el mejor regalo que podía recibir la economía española. Servirá para apuntalar el crecimiento y también para genera mejores expectativas al empleo.

 La cotización de la divisa europea llegó a caer a lo largo de la jornada de ayer hasta los 1,1074 dólares, su cambio más débil en 12 años, pero el BCE cerró la sesión con un tipo oficial de 1,1124 dólares.

Junto a la caída del petróleo, la devaluación del euro se ha convertido en el mejor regalo que podía recibir al economía española. Servirá para apuntalar el crecimiento y también para generar mejores expectativas al empleo.

De momento, las exportaciones españolas se han acentuado hacia los mercados que compran en dólares. Además, las importaciones se han suavizado tras el incremento exponencial que habían tenido desde finales de 2013 por el alza de la demanda interna (consumo e inversión). Esta situación ha producido que, por ejemplo, la demanda externa haya aportado dos décimas al crecimiento económico en tasa intertrimestral en el cuarto trimestre de 2014 frente a la contracción de 0,2 puntos del trimestre anterior. Mientras, esta situación ha servido para reducir la aportación negativa al PIB en tasa anual en siete décimas frente al -1% del trimestre anterior.

Por ello, el Gobierno va modificar al alza las previsiones de crecimiento de la economía el próximo mes en la revisión del Plan de Estabilidad que enviará a Bruselas. Esta situación está sirviendo al Ejecutivo para vivir un momento de cierta euforia económica, aunque los analistas advierten que las sombras de tantas elecciones en este año pueden empañar estos regalos.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró ayer que los próximos cinco año, el actual y los cuatro de la siguiente legislatura, serán «buenos» para España, ya que la economía crecerá de forma sostenida entre el 2,5% y el 3%. Según De Guindos, se trata de una previsión «plenamente factible», que ya en 2015 creará 500.000 empleos.

También habló ayer de empleo, la principal preocupación del Gobierno para acercarse al electorado, el titular de Hacienda. Según Montoro, la reforma del IRPF también está contribuyendo a esta tormenta perfecta del crecimiento. Mencionó que la reducción de las cotizaciones, con un mínimo exento en las cuotas hasta los primeros 500 euros del salario, «despenaliza» el empleo para que se beneficien los trabajadores menos cualificados. Por ello, recordando el compromiso de Rajoy en el debate del estado de la nación de crear tres millones de empleos en los próximos años, señaló que el «objetivo del Gobierno es volver a los niveles de empleo y de cotizaciones anteriores de la crisis, pero será en la próxima legislatura». Regalos del exterior aparte, el reto es importante: deberá crear 3,2 millones de empleos y reducir en 2,6 millones el paro.

Fuente:Sergio Núñez