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29 de febrero de 2016

La mitad de los alumnos terminan la Secundaria

A nivel general, primero y tercero son los cursos que presentan la mayor cantidad de casos de deserción. CENS, alternativa para los más grandes. Desde la DGE señalan que esta tendencia de “desgranamiento” en las aulas se mantiene año tras año.

La cifra es, cuando menos, llamativa. Hasta el cierre del ciclo lectivo 2015, mientras que la matrícula de alumnos de primer año de la secundaria llegaba a 14.060 estudiantes, en quinto del mismo ciclo prácticamente se reducía a la mitad (7.825 alumnos). Para ser más precisos, la diferencia es de 45% y la situación preocupa a las autoridades y referentes educativos.

Es que, según destacó la direcciòn de Educación Secundaria, esta tendencia se mantiene año tras año, con cifras que no difieren demasiado. Entonces, lo cierto es que culmina el colegio secundario la mitad de los chicos que lo comienzan.

De hecho, si bien la diferencia más marcada está entre primero y quinto año del secundario, la disminución en la matrícula es una constante y va en ascenso en la medida en que se va pasando de año. Esto es lo que históricamente (porque no es una problemática actual) se ha llamado "desgranamiento".

"Los factores que influyen en el desgranamiento son muchos, pero la que más afecta es la deserción interanual (aquellos alumnos que abandonan el colegio entre año y año). También hay que tener en cuenta la alta repitencia y que muchos chicos permanecen en la escuela, pero no están aprendiendo".

Para graficarlo en una imagen, hoy se da una estructura piramidal teniendo en cuenta la gran cantidad de chicos que comienzan y los pocos que terminan.

"Cuando logremos tener un rectángulo y comiencen 15.000 chicos y terminen 15.000, vamos a estar bien. Pero esto va a ser difícil si queremos lograr calidad educativa. El desgranamiento no es algo novedoso, pero sí es preocupante si se tiene en cuenta que la secundaria es obligatoria".

La posibilidad de completar el ciclo en una misma instituciòn educativa -en el mejor de los casos, de aquellos que deciden hacerlo-, la alta repitencia y los factores familiares son los principales factores que inciden en esta realidad.

En descenso

La baja en la medida que transcurre el ciclo secundario es marcada. De esta manera, en segundo la matrícula es de 12.788 alumnos, en tercero llega a 11.981 y en cuarto a 9.319; siempre tomando como parámetro las cifras al 11 de diciembre del año pasado en los establecimientos secundarios mendocinos (sin incluir las escuelas técnicas y privadas).

"La DGE tiene marcada la deserción de todos los años y cada escuela tiene la obligación de recibir a los repetidores. Incluso, para aquellos chicos que repiten dos veces primero o segundo año, existen aulas especiales en la que pueden completar dos cursos en uno y luego pueden reintegrarse al sistema común. Pero esto no siempre garantiza la continuidad. Muchos chicos directamente deciden pasarse a CENS (secundario para adultos) o CEBJA (nivel primario para mayores, que incluye primero y segundo año -ex octavo y noveno-) o directamente abandonan".

"Esta tendencia la venimos viendo desde hace años, y donde más se nota es en la transición entre segundo y tercero, y entre tercero y cuarto. Acá se ve una caída importante de estudiantes, y a la vez coincide con las edades en que más alumnos se anotan a los CENS. Se produce un traslado del secundario tradicional a estos centros; los chicos fracasan en una y se pasan a la otra".

"Muchos chicos tienen previas de primer año y se llevaron muchas materias en segundo. Y es en ese momento en que hacen 'crack', y cuando también crece de forma directamente proporcional la matrícula de los CENS. Estos centros fueron apareciendo y teniendo más protagonismo a raíz de la aplicación del secundario obligatorio".

Los años más críticos son primero y tercero, y que es aquí donde más estudiantes "se pierden". 

"La escuela no siempre da todas las respuestas. Hay chicos que llegan a la secundaria sin saber leer y necesitan una enseñanza distinta. Muchas veces no se identifican discapacidades intelectuales que, si se detectaran en la primaria, podría trabajarse en ellas y llegar bien a la secundaria", agregó.

Es aquí donde surge otra falencia: la social. Es que tampoco actúa de forma idónea el Órgano Administrativo Local (OAL) cuando en algún establecimiento se percibe que hay un chico en situación vulnerable. Han sido pocas las veces en que el OAL tomó intervención y seguimiento de casos que se observaron en los establecimientos.

“Ahora pensamos atender esta problemática dando alerta también a Desarrollo Social. Por ejemplo, si una familia no puede mandar a su hijo a la escuela, se intentará darle la tutela a otro familiar que pueda hacerse cargo de ello. Muchas veces el hecho de dejar la escuela tiene todo un trasfondo de problemática familiar”.

En la misma sintonía, el psicopedagogo también especializado en educación Alejandro Castro Santander se refirió a la obligatoriedad de completar el nivel secundario y a la necesidad de asumir ese compromiso.

"La gran pregunta que deberíamos hacernos es, teniendo en cuenta que es obligatorio, ¿quién controla que los chicos no se vayan del sistema educativo? Y si se van, ¿por qué lo hacen? ¿Quiénes son los responsables? Siempre la primera respuesta apunta a los padres, pero detrás puede haber familias caóticas y otra problemática. La inclusión es un tema serio y hay que abordarlo como tal", sintetizó.

"Un grupo alto de estudiantes pasa a los CENS, pero también hay otras circunstancias como los chicos que por algún motivo dejan el estudio por un tiempo y después lo retoman. Si uno toma la masa inicial, es un tema complejo, ya que no se trata simplemente de números, sino de chicos que tienen cada uno sus situaciones particulares que los condicionan e influyen en esta baja. El sistema educativo se ha vuelto más inclusivo y da siempre la posibilidad de terminar".

La deserción anual no suele ser alta -entre 2014 y 2015 fue de sólo 3%-, pero las propias autoridades educativas destacan que se trata de un indicador por demás tramposo a la hora de vincularlo con el desgranamiento ya que es a lo largo de todo el ciclo donde se van "perdiendo" los estudiantes. 

"Por ahí la escuela no está siendo atractiva. Hay que volver a la cultura del esfuerzo, pero a la vez demostrando que es útil. El desgranamiento se puede explicar porque los chicos se van perdiendo de año a año, por la repitencia, porque pasan a los CENS o CEBJA -que son opciones, pero para los chicos más grandes-. Pero también es fundamental que los padres tomen conciencia de la importancia de la educación de sus hijos. Muchos chicos repiten por inasistencias, y a la vez faltan al colegio por temas familiares. A veces los padres ni siquiera están atentos a que los chicos hagan sus tareas".



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