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CIENCIA

30 de abril de 2019

Encuentran una especie extinguida de chimpancé

Los bonobos son una de las especies más cercanas a los humanos, junto a los chimpancés.

Por: Por:Redacciòn FM Fleming con informaciòn de Agencias

Un análisis del genoma de bonobos revela que hace unos 500.000 años se cruzaron con simios hoy desaparecidos.

Hace más de medio millón de años, en la jungla del centro de África vivía una especie de chimpancé que desapareció sin dejar apenas rastro. Lo único que queda de ella es una tenue huella que dejó en el genoma de los bonobos y que ahora ha descubierto una investigación internacional liderada desde el Institut de Biologia Evolutiva (IBE, UPF-CSIC), cuyos resultados publica hoy la revista Nature Ecology & Evolution .

“No sabemos nada sobre cómo se creó y diversificó el linaje de los chimpancés. Y comprenderlo es importante para entender el linaje humano”, declara Tomàs Marquès-Bonet, investigador Icrea y director del IBE, que ha dirigido el trabajo. La existencia de esta nueva especie extinta arroja luz sobre la dinámica evolutiva de los mamíferos y, en concreto, sobre los primates y los homínidos, la familia a la que pertenecemos los humanos, los gorilas y los orangutanes, así como chimpancés y bonobos.

Los bonobos (Pan panicus) y chimpancés actuales (Pan troglodytes) viven en la jungla del centro de África. Ambas especies de simios, a las que para generalizar se llama chimpancés, constituyen el género Pan y son los parientes vivos más cercanos a la especie humana. Los bonobos, que viven sólo al sur del río Congo en la República Democrática del Congo, se separaron de los chimpancés, que habitan al norte del río, hace entre 2 y 1,5 millones de años, aunque las dos especies se han vuelto a cruzar al menos en dos ocasiones desde entonces.

Sin embargo, las pruebas genéticas muestran que existió una tercera especie de chimpancés, ahora extinta, que se separó de los ancestros comunes de chimpancés y bonobos hace entre 4 y 3 millones de años.

De estos “simios fantasmas”, como los apodan los investigadores, no quedan fósiles. El clima y las condiciones del terreno de la jungla centroafricana hacen que los restos biológicos se descompongan demasiado rápido como para que se preserven los huesos. Por eso, los científicos han recurrido a excavar no en el suelo, sino en el genoma de los simios actuales.

Para ello, han secuenciado 10 genomas de bonobos y 59 de chimpancés. Un análisis estadístico ha revelado que los bonobos tienen trozos de ADN de una tercera especie de chimpancé hoy extinta, con la que se cruzaron hace entre 400.000 y 500.000 años. “Cada bonobo tiene alrededor de un 1% de ADN de esta población”, explica Tomàs Marquès-Bonet. Los chimpancés actuales, en cambio, no tienen rastros claros en su genoma; “hay una pequeña señal que no podemos descartar, pero es muy tenue”.

Los bonobos y los chimpancés viven sólo en la jungla del centro de África y están en peligro de extinción (Dr. Cintia Garai / Wildlife Messengers)
“No tenemos ni idea de cómo eran estos chimpancés”, señala Marquès-Bonet, aunque sus genes pudieron ayudar a los bonobos a adaptarse a su hábitat actual. Los fragmentos de ADN del simio fantasma se concentran en genes relacionados con el sistema inmunitario. “Para todas las especies salvajes, tener un sistema inmunitario variado y genéticamente preparado para hacer frente a los patógenos es beneficioso. Este linaje extinto ya vivía desde hacía mucho tiempo en la región y estaba bien adaptado al entorno. Cuando llegaron los bonobos y se reprodujeron con ellos, fue una manera muy rápida de adquirir estos genes”, detalla Marquès-Bonet. La selección natural habría favorecido que perduraran hasta la actualidad.

Por ahora, los investigadores sólo han logrado reconstruir menos de un 3% del ADN del linaje de chimpancés extinto a partir de los genomas de los bonobos, de ahí que no se sepa nada de ellos. De hecho, dada la escasa información, los investigadores son prudentes al referirse a ellos como una especie distinta. “Para saber más sobre ellos tendremos que secuenciar más individuos de la naturaleza antes de que se extingan e intentar excavar en su genoma. Y es cuestión de tiempo que se extingan, teniendo en cuenta su gran declive en la actualidad, debido a la deforestación y al tráfico ilegal”, lamenta Tomàs Marquès-Bonet.

Los bonobos y los chimpancés viven sólo en la jungla del centro de África y están en peligro de extinción

Los genes del simio extinto pudieron ayudar a los bonobos a adaptarse a su entorno

Los resultados refuerzan la idea de que, a lo largo de la historia de la evolución, las especies de animales no se limitan a divergir entre ellas como si fueran ramas de un árbol, como propuso Charles Darwin, sino que pueden cruzarse entre ellas una vez se han separado. “Es un mecanismo muy elegante que la evolución ha encontrado para pasarse genes adaptados entre especies”, declara Marquès-Bonet. Y los homínidos no somos una excepción. Al igual que los Homo sapiens se cruzaron con neandertales y denisovanos, hoy extintos, los bonobos se aparearon con otra especie desaparecida. Las huellas de todos esos encuentros perduran aún en nuestros genomas.



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