ECOLOGIA
7 de marzo de 2017
Eficiencia energètica
El concepto de diseño ecológico en la edificación va tomando fuerza durante los últimos años hasta convertirse actualmente en un requisito en muchos casos, aportando mucho valor añadido a las construcciones y siendo un requisito indispensable para garantizar una sostenibilidad adecuada de los edificios.
Ante este concepto de diseño ecológico habitualmente no se abordan todos los aspectos que deben englobarse para que se considere no sólo los materiales o la energía, sino el conjunto del edificio y su integración con el entorno.
Es importante mencionar que podremos considerar que es ecológico si logra una adecuada integración con el entorno y el medio ambiente, siendo por lo tanto un diseño relacionado con la sostenibilidad o la minimización de recursos energéticos, pero que va más allá. Estos términos son habitualmente mezclados y confundidos porque están habitualmente relacionados, pero deben analizarse cada uno con claridad e independencia. Los objetivos generales que podríamos definir para un diseño ecológico son:
- utilizar materiales que sean naturales y no contaminantes, buscando el menor impacto en todo el ciclo de vida de la instalación
- promover el ahorro energético en los edificios
- utilizar energías renovables para el suministro de energía
- reducir al máximo los impactos asociados a la construcción: esto debe englobar tanto el uso de recursos para la edificación, considerando como principal el suelo, y las emisiones producidas durante la vida útil de la edificación
Centrándonos en el uso de materiales deberemos, desde un punto de vista de diseño con el menor impacto, usar materiales que tengan un ciclo de vida con la menor huella de emisiones y de agua, tanto desde la fase de toma del material hasta su posible reciclaje o reutilización final.
El edificio debe de integrarse de forma idónea en el entorno, reduciendo su impacto visual, acústico y de emisiones, teniendo en cuenta que las emisiones engloban todos estos aspectos, como emisiones sonoras, gases, efluentes líquidos o contaminación electromagnética. Centrándonos en el principal aspecto de consumo de recursos durante la vida del edificio, el consumo energético, es clave identificar el binomio que regula el consumo durante toda la vida útil del edificio. El consumo de energía es el cociente entre la demanda y el rendimiento de los equipos utilizados para suplir esa demanda, térmica o eléctrica. Esto implica que la reducción del consumo de energía final puede lograrse mediante una menor demanda energética en el edificio, aumentando el rendimiento de las instalaciones o de forma conjunta. Se debe buscar una solución global durante toda la vida útil de la instalación, en todos los aspectos consumidores de energía, siendo habitual el no tener clara la necesidad de combinar dichos criterios de diseño. Analizando las principales demanda de energía en el edificio tendremos que:
refrigeración y climatización: se deben seguir criterios de disminución de la demanda energética mediante el análisis de la ubicación, factor de forma, materiales (mejorando el aislamiento y tratando de pasivizar al máximo el edificio respecto de las condiciones ambientales exteriores) y captación de energía gratuita. Esto puede lograrse mediante el uso de cerramientos de alta inercia térmica, sistemas de sombreamiento y ganancia solar activos o pasivos y ventilación controlada, entre otros. Una vez que se logrado un diseño que reduce al máximo la demanda de energía debemos plantear el sistema que con el mejor rendimiento y menores emisiones permita suplirla, para lo que debemos optar por soluciones basadas en equipos de alta eficiencia energética, como por ejemplo bombas de calor geotérmicas o aerotérmicas, alimentadas con energías renovables. Como ejemplo de diseño óptimo tendremos la alimentación con energía fotovoltaica de estos equipos que proporciona una solución basada en energías renovables pero tiene un impacto global en la sostenibilidad, al reducir, por ejemplo, las necesidades de construcción de centrales eléctricas remotas o de líneas de transmisión de energía eléctrica.
Este diseño ecológico local tiene grandes ventajas globales sobre el medio ambiente, que es el objetivo que hemos fijado desde el primer momento.
iluminación: optando por un diseño que maximice el uso de la iluminación natural pero sin que repercuta de forma negativa en otros aspectos, como por ejemplo en un aumento excesivo de la demanda térmica para climatización, por excesiva radiación solar incidente en el interior del edificio. Una solución de compromiso buscará minimizar el consumo global de recursos, y una vez establecidas las necesidades de iluminación interior deberemos optar por equipos con altas eficiencias lumínicas, siendo el referente actual los equipos LED. Con este prisma de diseño global utilizaremos equipos que cuenten además con cantidades muy bajas o nulas de elementos altamente contaminantes (por ejemplo metales pesados) y que además sean reciclables, sin obsolescencia programada, y con una gran vida útil.
Todo esto demuestra que el concepto del diseño ecológico engloba todos los impactos asociados al edificio durante su fase de construcción, explotación y posterior desmantelamiento. Además de esto es muy importante asegurar una adecuada ventilación del edificio en caso de incendio para evitar que se produzcan intoxicaciones por inhalación de estos productos de combustión. Con este criterio lograremos que los edificios y sus entornos (ciudades) sean entornos placenteros para el habitante y que no pongan en compromiso el futuro del planeta.
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